¿Has jugado a.Qbasic Gorilas?

¿Has jugado a.Qbasic Gorilas?

Una anécdota divertida: No supe cómo se llamaba Qbasic Gorillas durante más de 20 años.

De niño, lo llamábamos simplemente «El juego del plátano». Tenía que confiar en mi padre para jugar, ya que sólo él era capaz de acceder a un portal insondable llamado «DOS», invocándolo desde el vacío de tinta utilizando largas cadenas de letras aparentemente aleatorias; un encantamiento que le daba una especie de encanto místico.

Liam y Ed investigaron recientemente cuánto tiempo ocupa World of Warcraft en tu vida para el primer episodio de Inventory Space.

El juego en sí es sencillo. Dos bestias peludas se colocan una frente a otra en los tejados de un paisaje urbano generado aleatoriamente. Por turnos, los jugadores introducen la velocidad y el ángulo de su lanzamiento, antes de que los gigantescos gorilas lancen sus plátanos hacia el enemigo. Los plátanos, naturalmente, explotan con el impacto, y el juego se gana cuando un gorila es destruido por una explosión de potasio caliente.

El juego en sí es lo que sea. Una divertida pérdida de tiempo. Pero durante 20 años asumí que lo había soñado. Cada vez que se lo mencionaba a mis amigos, fruncían el ceño y se mostraban preocupados. «¿Te refieres a Worms?». No, no me refería a Worms. Entiendo que suena como Worms. Pero en Worms no aparecían dos simios flexionados y, para ser sincero, era mucho peor por ello. No fue hasta hace poco que la mujer de mi amigo asistió a una de mis desesperadas súplicas de reconocimiento y se refirió casualmente a él por su nombre real: Gorilas Qbasic.

Casi me decepcionó que fuera real. Me había encariñado bastante con la idea de que yo era el único que había tenido acceso a algo durante todos esos años, una experiencia que al parecer sólo compartíamos mi padre y yo, acurrucados en torno a un diminuto monitor CRT a mediados de los noventa.

¿Has jugado a Qbasic Gorillas? Puede que sí. Pero puedo garantizarte que nunca has jugado a The Banana Game, su primo etéreo que existió puramente en mi cabeza durante más de dos décadas.

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *