Por qué hay tantas buenas adaptaciones de videojuegos, pero no buenas adaptaciones de videojuegos
Tuvimos una discusión en nuestra reunión del lunes que subió de tono más de lo normal, porque salió el tema de la serie de televisión The Last Of Us, y nos encontramos divididos en dos bandos. Bueno, en tres. El primer bando estaba entusiasmado con la serie de televisión y el segundo sostenía que no tiene sentido hacer una adaptación de algo si tu adaptación es exactamente lo mismo. (El tercer bando decía «eh, puede que le eche un vistazo» y observaba cómo se enfrentaban los otros dos). Yo estaba en el campo dos. Si vas a adaptar algo, ¡adáptalo! ¡Haz cambios! De lo contrario, ¡podría volver a consumir el juego original! The Last Of Us ya ha salido, ¿cuántas, tres veces?
Esto se hizo más divertido por el hecho de que nadie en el equipo había visto la serie de televisión, así que estábamos discutiendo sobre los tweets que habíamos visto que describen la serie, la peor manera de llevar a cabo una discusión fuera de, por ejemplo, garabatear insultos en el lado de los Teslas y conducirlos contra las puertas de los demás. Pero me hizo pensar en las adaptaciones, porque ha habido montones de adaptaciones de cosas que no son juegos a videojuegos. ¿Qué sale mal en la otra dirección?
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