Ya está a la venta el shooter de terror doble A Daymare: 1994 Sandcastle, de Midway
La serie Daymare de Invader se me ha antojado un shooter en tercera persona con zombis eléctricos asquerosos. El segundo juego, Daymare: 1994 Sandcastle, se lanza hoy. Te pone en la piel de Dalila Reyes, una agente especial de la División Avanzada de Extracción y Búsqueda de Hexacore, también conocida como H.A.D.E.S., y.un momento, ¡conozco este rollo! ¿Ese molesto acrónimo? ¿El decorado deslavado, de cadáver sobre hormigón? ¿La pistola de hielo y el modo escáner? ¿Las no tan sutiles reminiscencias de Monolith y Midway? ¿Personajes con grandes artilugios brillantes en la espalda para que puedas seguirlos por almacenes mal iluminados?
A pesar de la ambientación de los 90, a mí me parece un homenaje a los shooters de principios/mediados de los 90, cuando todos los juegos de acción tenían lugar en un bloque de oficinas, una prisión o un garaje, presentaban algún tipo de habilidad auxiliar paranormal y debían unos cuantos cromosomas cinematográficos a Matrix. Echa un vistazo al tráiler.
Una búsqueda frenética en los archivos de RPS revela que Sin informó sobre el primer juego Daymare: 1998 -sí, se trata de una precuela- allá por 2019, considerándolo «un poco engorroso» pero un buen rato en general. Daymare: 1998 comenzó como un remake fan de Resident Evil 2, pero Capcom obviamente tenía otras ideas. No he tenido la oportunidad de jugar a Sandcastle, pero me da la sensación de que se trata de su propia clase de juego de operaciones especiales, con una sensación concentrada y segura de ingenuidad doble A. Lo digo como un cumplido. Lo digo como un cumplido: me encantan este tipo de juegos, aunque creo que Trepang2 le ha robado un poco el protagonismo a Daymare. Hay una demo en Steam por si te interesa.
Tengo la teoría de que el desarrollo de juegos de temática retro está entrando en la era del «shooter post-boomer». Los 90 están fuera, los 2000 están dentro. Unreal Engine 3 en lugar de id Tech 1. El tiempo bala en lugar del salto de cohetes. Grandes ritmos en lugar de heavy metal. Escopetas tácticas en lugar de recortadas. ¿Qué nombre pegadizo le daremos a este cliente más elegante y más frío? Aquí tienes algo de música para ayudarte a pensar en ello.