He comprado Lost Judgment sin intención de jugarlo
Hace un tiempo terminé Yakuza: Like A Dragon y me sentí un poco perdido. Conoces esa sensación, ¿verdad? Cuando cierras de golpe una obra de ficción que has estado leyendo durante días, o incluso meses, puede ser difícil cortar esas relaciones que has construido con sus personajes. A menos que haya una secuela directa, debes subirte los pantalones, dar carpetazo a esas emociones y seguir adelante.
No es que me cueste especialmente dejar atrás personajes e historias, pero mi cerebro hace una excepción con los juegos de Yakuza. Más concretamente, los juegos del estudio Ryu Ga Gotoku. He llegado a un punto en el que he pedido Lost Judgment sin intención de jugarlo en meses, ¿tal vez incluso un año? Todo es una estratagema para aferrarme a los personajes y mundos de RGG todo el tiempo que pueda; una especie de amortiguador para mantener a raya el desasosiego. No tener a quién recurrir después no es una opción.
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